Luego, cuando ese pobre diablo se viste de corto y sale a jugar en cualquier patatal se da cuenta de que su talento sigue siendo limitado, o aún peor, puede que sea el más malo del equipo, pero como lleva una equipación que es un pepino, los rivales creen que es la estrella y le hacen un marcaje especial. La primera formación usada en el fútbol argentino fue el 2-3-5 y, hasta los años ’60, era la única formación empleada tanto por los clubes argentinos como por la selección de fútbol de Argentina, con muy pocas excepciones como La Máquina de River Plate de los años ’40 que usaba el 3-2-2-3. No fue hasta mediados de los ’60 para la selección nacional, con Argentina ganando la Taça das Nações (1964) usando 3-2-5, y finales de los ’60, para los clubes, con Estudiantes de La Plata ganando el triplete de la Copa Libertadores (1968, 1969, 1970) usando 4-4-2, que el fútbol argentino finalmente adoptó formaciones modernas en gran escala, y alcanzó a sus competidores al otro lado del Atlántico.